Diseño editorial en México

La década de 1920: tradición y vanguardia.
Los primeros años del siglo XX pertenecen todavía a las formas culturales decimonónicas. Con el inicio de la Revolución Mexicana se van consolidando nuevos ensayos estéticos, que en el diseño editorial coinciden con las búsquedas nacionalistas del momento.
Entre las revistas del fines del siglo XIX que siguieron a la vuelta del siglo en México destacan Arte y Letras, El mundo ilustrado y El tiempo ilustrado. En la prensa gráfica encontramos los semanarios El Universal ilustrado y Revista de revistas, donde colaboraban Germán Cueto y Leopoldo Méndez.
El año de 1921, fué clave en el arranque de la modernidad en el diseño mexicano; muestra de ello son las revistas Vida mexicana, El maestro y Actual. Entre los manifiestos de vanguardia destaca El Irradiador, donde el lenguaje visual se suma a la compactación geométrica de planos y volúmenes, dinamismo que captura acciones simultánteas e imágenes de la vida contemporánea impregnadas de tecnología, como puede observarse en la revista Urbe, del estridentista Maples Arce.
El estridentismo logró aglutinar, en el clima artístico mexicano, las corrientes europeas futuristas, constructivistas y ultraístas, y no fue ajeno al creacionismo y al dadismo. Al trasladarse a Jalapa, los estridentistas editaron la revista Horizonte, con destacadas portadas y viñetas, así como libros ilustrados con xilografías.

Fuente: MUNAL, Vanguardia en México, 1915 1940
Apoyando las luchas obreras, aparece en 1924 el periódico El Machete, que mostraba escasas innovaciones tipográficas, pero en cambio sus grabados en madera marcaron un nuevo uso de este recurso gráfico en el diseño mexicano. Los pintores, por su parte, editan la revista de pintura !30-30!, coordinados por Rodríguez Lozano y en medio de la fuerte agitación artística y política del año 1928. El tratamiento de sus imágenes está influído por el realismo expresionista.
El diseño de la revista Forma se debe al empeño creador de Gabriel Fernández Ledesma, quien la publicó entre 1925 y 1929, patrocinada por la Universidad de México y la Secretaría de Educación Pública.
Los años treinta
Caracterizados por un clima de discusión política, en los años treinta en México proliferaron las vanguardias artísticas. En 1931 nació la revista Llamada, a cargo del grupo Lucha Intelectual Proletaria, que abanderaban Siqueiros, Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins y Juan de la Cabada. Esta revista rivalizaba con Crisol, editada por el Bloque de Obreros Independientes, fundada en 1929, y en la que destacaron las portadas del pintor Fermín Revueltas.
Fuente: MUNAL, Vanguardia en México, 1915 1940
Hacia la segunda mitad de la década se nota un gran intercambio artístico internacional en trono a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), acaudillada por Diego Rivera. En la gráfica se incorporó el uso de fotomontajes a cargo de Lola Alvarez Bravo y John Heartfield en la revista Frente a Frente (1937).
Notas para una historia contemporánea
del diseño gráfico en México
Fuente: Revista Quadra
El grupo de artistas-escritores-diseñadores de la LEAR produjo numerosos vehículos gráficos de agitación política: carteles, volantes, folletos, libros de texto, mantas, murales, etc. y fueron el antecedente directo del Taller de la Gráfica Popular (TGP), dirigido por Leopoldo Méndez.
En los recintos del Taller se enseñaba y producía de manera colectiva y a la gráfica se sumaron los medios audiovisuales: filminas y cine. En el ámbito formal la tradición mexicana de corridos y calaveras no sólo se reafirmó, sino que fue transformada en un género aparte. Hay que señalar que en cuanto a la técnica, predominaba el uso de materiales de bajo costo, como linóleo, papel de China, periódico, etc. en impresiones litográficas.

El TGP incorporó la tradición gráfica, cómo las imágenes del entorno urbano moderno y las contradicciones sociales se plasmaban desde el grabado hasta la cinematografía. De esta última Leopodo Méndez incorporó elementos de perspectiva, planos y encuadres en el grabado y experimentó con impresiones a color, película de celuloide y planchas de plástico y madera para grandes formatos, pero fue criticado por Siqueiros por no utilizar la fotomecánica. 
Continuadores del Taller de la Gráfica Popular fueron: Adolfo Mexiac, Adolfo Quinteros Gómez, Fernando Castro Pacheco, y de una segunda generación: Francisco Toledo, Jordi Boldó, Ismael Guajardo, Enrique Cataneo, Arnulfo Aquino, Juan Arroyo, René Galindo y otros más. Destaca la obra de Francisco Díaz de León, quien diseñó catálogos y colaboró en la fundación del Fondo de Cultura Económica en 1934. A partir de 1937 Fernández Ledezma creó notables catálogos en estilo Decó, distinguiéndose de la tendencia nacionalista de la época.

Bibliografía
  • Becerra Prado, Gonzalo, “Tradición gráfica y producción editorial en México”, en Síntesis, vol.11, México, 1991.
  • Escartín, Roberto, Diseño de publicaciones institucionales, tesis de licenciatura, Universidad Iberoamericana, 1997.
  • Flores, Tatiana y Rocío Guerrero, Vanguardia Estridentista. Soporte de la estética revolucionaria, Conaculta, México, 2009. 
  • González Moreno, Roberto, Medio siglo de industria editorial en México, 1900-1950, Tesis de maestría en bibliotecología, UNAM, México, 2007.
  • Gravier Garone, Marina. Notas para una historia contemporánea del diseño gráfico en México. UNAM. México, DF, 2004.
  • Kloss Fernández del Castillo, Gerardo, Entre el diseño y la edición: tradición cultural e innovación tecnológica en el diseño editorial, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, 2002.
  • Medina, Cuauhtemoc, Diseño antes del diseño: Diseño gráfico en México, 1920-1960, México, Museo de Arte Carrillo Gil, 1991.
  • Museo Nacional de Arte, Catálgo de la exposición "Vanguardia en México 1915-1940, México, 2013.

El trayecto moderno: 1940-1968
Portada y contraportada la Revista de la Universidad de México, septiembre de 1968. El número estuvo dedicado a la relación de los hechos violentos acontecidos los meses previos. La imagen que aparece como fondo es una fotografía de un mítin en el Zócalo de la ciudad de México. El texto calado en blanco es de Eugenio Santos y el de la contraportada un poema de Octavio Paz. Hemeroteca de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria.

Los exiliados españoles impulsaron la creación de instituciones y medios culturales, las actividades editoriales, la docencia y la investigación. Entre 1936 y 1966 aparecieron un gran número de casas editoriales y se expandieron las ya establecidas, donde publicaron un creciente número de intelectuales mexicanos y  españoles, tanto en el Fondo de Cultura Económica como en otras editoriales.
La relación entre el autor, el impresor, el librero, el distribuidor y el editor tienen su centro en el lector, por lo que la formación, especialización y capacidad económica de éste último son necesarias para el sustento de toda la industria editorial. A su vez, desde la consolidación del proyecto nacionalista de la Revolución mexicana a la crisis del movimiento estudiantil de 1968 se observa una continua división del trabajo en el medio editorial, separándose los papeles de impresor, editor, autor. En medio de estos cambios se inició la carrera de diseño gráfico en México.


Bibliografía

  • Becerra Prado, Gonzalo, “Tradición gráfica y producción editorial en México”, en Síntesis, vol.11, México, 1991.
  • Escartín, Roberto, Diseño de publicaciones institucionales, tesis de licenciatura, Universidad Iberoamericana, 1997.
  • González Moreno, Roberto, Medio siglo de industria editorial en México, 1900-1950, Tesis de maestría en bibliotecología, UNAM, México, 2007.
  • Kloss Fernández del Castillo, Gerardo, Entre el diseño y la edición: tradición cultural e innovación tecnológica en el diseño editorial, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, 2002.
  • Rojo, Vicente, Vicente Rojo, diseño gráfico, Era-UNAM-UDLA, México, 1990.
  • Sánchez Sarquiz, Jimena, México en el diseño grafico: los signos visuales de un siglo (1980-2000), México, tesis de licenciatura en diseño gráfico, UNAM-ENAP, 2005.